¿Es seguro usar ChatGPT? Guía para usuarios individuales, estudiantes y empresas

ChatGPT es un modelo avanzado de inteligencia artificial generativa desarrollado por OpenAI, capaz de generar texto coherente en formato conversacional.

Desde que se popularizó, millones de personas lo utilizan para tareas diversas, como responder preguntas, redactar textos o ayudar con código.

Sin embargo, su enorme potencial viene acompañado de dudas razonables sobre su seguridad.

¿Es seguro ChatGPT para el usuario promedio? ¿Cómo maneja la privacidad en ChatGPT y los datos que le proporcionamos? ¿Qué hay de su uso por niños, estudiantes o en entornos empresariales? En esta guía abordaremos estas cuestiones siguiendo los principios de EEAT (experiencia, autoridad, confianza), para ofrecer una visión completa y actualizada sobre la seguridad de ChatGPT.

Veremos las medidas que toma OpenAI, los riesgos de la inteligencia artificial (alucinaciones, sesgos, desinformación) y buenas prácticas para usar esta herramienta de forma responsable y segura.

Seguridad general para el usuario promedio

La primera preocupación de muchos usuarios es qué ocurre con sus datos al usar ChatGPT.

A continuación, respondemos a las preguntas más comunes sobre privacidad y seguridad para el usuario promedio.

¿ChatGPT almacena las conversaciones?

Sí. Por defecto, ChatGPT guarda un registro de tus conversaciones, incluyendo todas las indicaciones y preguntas que le haces. De hecho, almacena mucha información sobre tu uso, más allá del texto que escribes.

Al igual que otras aplicaciones en la nube, ChatGPT recopila datos del usuario como información del dispositivo, datos de uso, registros de actividad, datos de la cuenta e incluso tu ubicación aproximada (por la IP). En resumen, ChatGPT guarda tus prompts y también metadatos asociados (ubicación, tipo de dispositivo, etc.).

Es importante saber que, históricamente, las conversaciones podían eliminarse desde la configuración, y OpenAI las borraba de sus sistemas tras cierto tiempo (30 días) si así se hacía.

Sin embargo, debido a requerimientos legales recientes, es posible que actualmente las conversaciones se conserven por más tiempo de forma indefinida hasta nueva orden.

En cualquier caso, no debemos asumir que lo que decimos a ChatGPT desaparece por completo, por lo que conviene tener precaución con la información que compartimos.

¿Cómo se utilizan los datos del usuario?

OpenAI utiliza las conversaciones de los usuarios para entrenar y mejorar sus modelos de IA, a menos que el usuario explícitamente opte por lo contrario. Esto significa que tus interacciones con ChatGPT pueden ser analizadas para refinar futuros sistemas (por ejemplo, GPT-5 u otras versiones).

OpenAI aclara que no vende los datos de los usuarios ni los comparte con terceros sin consentimiento. El propósito principal de recopilar esta información es mejorar el rendimiento del modelo y la experiencia del usuario.

Debes tener en cuenta que entrenadores de IA de OpenAI pueden revisar conversaciones de ChatGPT durante el proceso de entrenamiento o supervisión del modelo. Por eso, la propia compañía advierte no ingresar información privada o sensible en el chat.

De hecho, todas estas plataformas avisan de que no brindes datos personales confidenciales (como contraseñas, direcciones, números identificativos, etc.) justamente porque esas conversaciones podrían formar parte del conjunto de datos de entrenamiento.

Un científico de datos explica: “Por eso siempre te avisan de que no des datos privados como contraseñas, direcciones o emails porque los entrenan con esos datos”.

En el peor de los casos, si compartes información muy sensible, existe un riesgo bajo pero real de que la IA llegue a revelar esos datos en futuras respuestas (por ejemplo, a otro usuario), aunque esto es poco común gracias a las medidas de seguridad que aplica OpenAI.

OpenAI ofrece opciones para controlar el uso de tus datos: puedes desactivar el historial de chat (chats “temporales”) o deshabilitar la opción de mejorar el modelo con tus datos en la configuración de privacidad.

Los usuarios de ChatGPT Enterprise y otras versiones profesionales tienen por defecto una política de no usar sus datos para entrenamiento (lo veremos más adelante).

En síntesis, tus datos se usan para mejorar la IA, pero tú tienes cierto control para limitar ese uso y siempre debes actuar con cautela sobre qué información proporcionas.

¿Qué medidas de seguridad aplica OpenAI?

OpenAI afirma implementar sólidas medidas de seguridad técnica y organizativa para proteger los datos de los usuarios.

Por ejemplo, todos los datos se cifran tanto en reposo (almacenados en servidores) como en tránsito (cuando viajan entre tu dispositivo y los servidores de OpenAI) usando cifrado de nivel industrial: AES-256 para datos almacenados y TLS 1.2+ para las comunicaciones.

Además, OpenAI mantiene controles de acceso estrictos para que solo personal autorizado acceda a información necesaria, y su equipo de seguridad monitorea la plataforma 24/7 para responder ante cualquier incidente.

La compañía incluso cuenta con un programa de recompensas por detección de bugs (Bug Bounty) para que investigadores reporten vulnerabilidades de forma responsable.

En cuanto a cumplimiento, los productos comerciales de OpenAI (como ChatGPT Enterprise) han pasado auditorías de seguridad como SOC 2 Tipo II, certificando que cumplen estándares de seguridad y confidencialidad de datos.

También ofrecen un Portal de Confianza con información detallada de sus medidas de seguridad y privacidad. Todo esto sugiere que OpenAI se toma en serio la protección contra accesos no autorizados o filtraciones de datos.

No obstante, ningún sistema es infalible. De hecho, ha habido incidentes: en marzo de 2024, ChatGPT sufrió un fallo que permitió ver por error títulos de historiales ajenos e incluso potencialmente datos de facturación de algunos suscriptores, debido a un bug en una librería de código abierto.

OpenAI solventó rápidamente la brecha. Este caso recuerda que, por muy buenas que sean las medidas de seguridad, siempre existe un riesgo. Por eso, la mejor protección es el buen uso por parte del usuario, como veremos más adelante.

En general, para un usuario promedio, ChatGPT es razonablemente seguro siempre que se usen las configuraciones de privacidad adecuadas y se evite compartir información delicada.

OpenAI trabaja continuamente en reforzar la seguridad de la plataforma, pero la conciencia y precaución del usuario siguen siendo clave.

Seguridad para estudiantes y menores

El uso de ChatGPT por niños, adolescentes o estudiantes plantea preocupaciones específicas. Aquí exploramos qué tan seguro es ChatGPT en entornos educativos y para menores de edad, y qué recomendaciones existen para un uso responsable.

Riesgos educativos y uso responsable en jóvenes

La irrupción de ChatGPT generó reacciones encontradas en el ámbito educativo. Por un lado, algunos lo ven como una herramienta potencialmente útil para aprender o inspirarse; por otro, muchos docentes temen que los estudiantes la empleen para hacer trampa o evadir el esfuerzo intelectual.

De hecho, numerosas escuelas han prohibido o bloqueado ChatGPT en sus redes y dispositivos escolares ante la preocupación de que los alumnos lo usen para hacer sus tareas (escribir ensayos, resolver problemas) y que esto perjudique su aprendizaje.

También existe el riesgo de que el chatbot proporcione información incorrecta y los estudiantes entreguen trabajos con datos falsos o imprecisos.

Por ejemplo, ChatGPT podría “alucinar” respuestas convincentes pero erróneas en asignaciones, llevando a aprendizajes equivocados. Los maestros advierten que, si los estudiantes se acostumbran a que la IA les resuelva todo, su proceso educativo se verá afectado.

Otro riesgo es el plagio. Usar ChatGPT para generar ensayos o tareas y presentarlos como propios puede considerarse trampa académica. Los jóvenes deben entender qué es el plagio y por qué está mal.

En guía para padres se sugiere explicar a los chicos que usar ChatGPT para hacer la tarea podría considerarse plagio o engaño.

Esto no significa que esté prohibido usar la herramienta en educación, sino que debe hacerse con ética: por ejemplo, para obtener ideas, entender un tema o practicar, no para simplemente copiar respuestas.

La desinformación es otra preocupación. Como veremos más adelante, ChatGPT puede generar contenido inexacto. Un estudiante que consulte sobre un tema que no domina podría creer una respuesta errónea porque suena convincente.

Supervisar y enseñar pensamiento crítico es fundamental: animar a los jóvenes a verificar en fuentes confiables lo que obtienen de ChatGPT, especialmente para tareas escolares.

En resumen, para estudiantes ChatGPT no es un sustituto del estudio. Puede ser útil para reforzar aprendizajes (por ejemplo, pidiendo explicaciones adicionales) pero su uso debe ser guiado.

Las instituciones educativas están evaluando políticas: algunas permiten su uso controlado, otras lo vetan por ahora. Lo importante es inculcar un uso responsable: que sirva como apoyo creativo o informativo, pero no como atajo deshonesto ni única fuente de verdad.

Edad mínima recomendada y supervisión adulta

Oficialmente, OpenAI establece que la edad mínima para usar ChatGPT es 13 años. Los adolescentes de 13 a 17 años deben contar con permiso de sus padres o tutores para crear una cuenta y utilizar el servicio.

Esto se debe, entre otras razones, a las leyes de protección infantil en línea (como COPPA en EE. UU.) que prohíben la recolección de datos personales de niños menores de 13 sin consentimiento parental.

En la práctica, no existe un método infalible de verificación de edad en la versión estándar de ChatGPT, por lo que es posible que niños más pequeños accedan.

Pero no es recomendable: pueden encontrar contenido no apropiado para su edad o no entender las implicaciones de privacidad. De hecho, ChatGPT podría eventualmente generar (por error o ante ciertos prompts) respuestas con lenguaje o información no adecuada para menores, pese a los filtros.

Por eso, la recomendación general es que los menores usen ChatGPT bajo la supervisión de un adulto. Padres y educadores deben acompañar a los niños si van a utilizar la herramienta: esto permite orientar su uso hacia fines positivos (por ejemplo, buscar ideas creativas, explorar curiosidades, practicar idiomas) y explicarles los posibles peligros.

Un adulto puede ayudar al menor a interpretar las respuestas de la IA, distinguir ficción de realidad, y enseñarle a no proporcionar datos personales.

Involucrar a la familia en actividades con ChatGPT –como pedirle que escriba una historia para todos, o sugerir proyectos divertidos– puede ser una forma segura de que los niños experimenten con la IA bajo control.

Hay buenas noticias en cuanto a la seguridad de ChatGPT para adolescentes: OpenAI recientemente ha tomado medidas específicas. En septiembre de 2025 lanzó controles parentales para ChatGPT, junto con una guía para padres.

Estas herramientas permiten a los padres vincular su cuenta con la de sus hijos adolescentes y ajustar configuraciones para una experiencia más segura.

Al activar este modo, el perfil del menor tendrá protecciones de contenido adicionales: se reducen respuestas con contenido violento o gráfico, se limitan roleplays de tipo sexual, romántico o violento, e incluso se evitan ideales de belleza poco realistas en las respuestas.

En esencia, hay un filtro más estricto para usuarios identificados como menores, buscando que el contenido sea apropiado a su edad.

Además, los padres pueden configurar horas de uso, desactivar funciones como el modo de voz o la generación de imágenes, e incluso excluir las conversaciones del entrenamiento del modelo. Son opciones personalizables para adaptar la herramienta a cada familia.

Por supuesto, estos controles parentales son solo una ayuda, no reemplazan la comunicación. Expertos enfatizan que funcionan mejor combinados con conversaciones continuas entre padres e hijos sobre el uso saludable de la tecnología y reglas claras en casa.

Los filtros no son infalibles y pueden eludirse con intentos maliciosos, así que sigue siendo crucial educar a los jóvenes en un uso crítico y seguro de la IA. Con supervisión adecuada y las nuevas funciones de control, la seguridad de ChatGPT para niños mejora, permitiendo aprovechar sus beneficios educativos minimizando riesgos.

Seguridad para empresas y profesionales

El uso de ChatGPT en entornos corporativos o profesionales plantea otro tipo de preocupaciones, principalmente relacionadas con la confidencialidad de datos y el cumplimiento de políticas de seguridad. Veamos qué deben considerar las empresas y profesionales al usar esta herramienta de IA.

Confidencialidad de los datos en entornos corporativos

Para cualquier organización, proteger su información sensible es prioritario. Una pregunta clave es: ¿es confidencial ChatGPT? La respuesta corta es que la versión pública (gratuita o ChatGPT Plus) no está diseñada para manejar información confidencial de empresa sin riesgos.

Como mencionamos, las conversaciones de usuarios estándar pueden ser almacenadas temporalmente por OpenAI y utilizadas para mejorar el modelo.

Aunque OpenAI aplica cifrado y controles de acceso, esa práctica de conservar chats para entrenamiento implica que existe la posibilidad (por remota que sea) de exposición accidental de datos confidenciales.

En otras palabras, si un empleado introduce, digamos, código propietario o datos de clientes en ChatGPT, esos datos podrían quedar registrados en los sistemas de OpenAI.

Incluso si nadie ajeno los ve directamente, podrían llegar a incorporarse en el modelo y aparecer en alguna respuesta futura de forma inadvertida, o ser vistos durante las revisiones de calidad.

No es una hipótesis abstracta: casos como el de empleados de Samsung que volcaron código fuente en ChatGPT llevaron a brechas de confidencialidad y a que la empresa prohibiera la herramienta en su entorno.

En general, muchas organizaciones han restringido ChatGPT por temor a fugas de información. Un informe de seguridad resume bien la situación: “ChatGPT no es confidencial.

Su uso imprudente puede convertirse en una puerta de entrada para filtraciones y pérdida de información crítica”. Además, existe el riesgo de ataques dirigidos: por ejemplo, un atacante podría intentar engañar a un empleado para que comparta datos sensibles en el chat, o explotar alguna vulnerabilidad.

OpenAI ha respondido lanzando productos específicos para empresas con mayores garantías. ChatGPT Team y ChatGPT Enterprise ofrecen políticas de datos más estrictas: según OpenAI, en estas versiones no se almacenan los chats ni se usan para entrenar los modelos.

Es decir, las conversaciones de usuarios Enterprise permanecen privadas para esa organización. También proporcionan funciones de administración (SSO corporativo, consola de auditoría, etc.) y cumplimiento normativo (acuerdos de procesamiento de datos para GDPR, certificaciones SOC2, etc.).

En esencia, ChatGPT Enterprise sí permite confidencialidad, por lo que es la vía recomendada si una compañía desea usar ChatGPT con datos propios sensibles.

Aun con estas versiones, no hay sistema infalible al 100%. OpenAI reconoce que ninguna plataforma puede garantizar que un dato ultra-sensible no pueda filtrarse o ser expuesto por un fallo.

Por ello, la política de muchas empresas (incluso usando Enterprise) es nunca introducir información secreta, personal de clientes, contraseñas, o datos críticos en el chat. Algunos sectores regulados incluso optan por soluciones autoalojadas o modelos locales para tener control total.

En resumen, la seguridad de ChatGPT para empresas depende de cómo se use. Si se utiliza la versión gratuita o Plus, no se debe compartir nada confidencial – hay que tratarlo como un entorno potencialmente público.

Si se opta por versiones empresariales de OpenAI, se obtienen mejores garantías de privacidad de datos (no entrenamiento, cifrado, control de acceso), pero igual se deben establecer límites claros.

Buenas prácticas para el uso de ChatGPT en empresas

Para profesionales y organizaciones, adoptar ChatGPT requiere complementarlo con políticas y buenas prácticas de seguridad. Algunas recomendaciones habituales de expertos en ciberseguridad incluyen:

  • Definir políticas internas de uso de IA: Establecer reglas sobre para qué está permitido usar ChatGPT y para qué no. Por ejemplo, limitar su uso a tareas no sensibles (búsqueda de información general, borradores de texto públicos, etc.). Si una consulta requiere introducir datos delicados de la empresa, debe prohibirse realizarla en ChatGPT público.
  • Usar versiones empresariales con garantías: Si la empresa encuentra valor en la IA generativa, es preferible habilitar ChatGPT Enterprise (u otra solución con acuerdos de confidencialidad) en lugar de permitir que empleados usen sus cuentas personales. Enterprise no entrenará el modelo con los datos de la empresa y ofrece controles de seguridad adicionales.
  • Sensibilizar y capacitar al personal: Muchas brechas ocurren por error humano. Es crucial formar a los empleados sobre los riesgos de compartir información sensible en herramientas de IA. Enseñar qué tipo de datos nunca se deben ingresar (credenciales, PII de clientes, planes estratégicos, código fuente privado, etc.). Fomentar una cultura de ciberhigiene y precaución digital.
  • Monitorear el uso: Las empresas deberían llevar cierto control o registro de cómo se utiliza ChatGPT en el entorno laboral. Por ejemplo, habilitar auditorías de las consultas realizadas (en Enterprise hay una consola de administración) o al menos solicitar a los empleados informar en qué casos lo emplean. Esto ayuda a detectar usos indebidos.
  • Complementar con otras medidas de seguridad: ChatGPT no reemplaza el cifrado ni las políticas de seguridad existentes. Debe formar parte de un marco más amplio. Por ejemplo, mantener sistemas de prevención de filtración de datos (DLP) que detecten si se copia/pega información confidencial en aplicaciones web.

En definitiva, ChatGPT puede ser una herramienta poderosa en entornos profesionales – mejora productividad, ayuda en código, informes, brainstorming –, pero debe usarse con extremo cuidado.

Un informe lo compara con enviar información por un canal no cifrado: “puede que nada pase… o puede que estés abriendo una brecha crítica”. La seguridad no depende solo de la tecnología sino del uso que hacemos de ella.

En la empresa, esto significa equilibrar la innovación con la protección de activos, y estar siempre vigilantes ante posibles riesgos.

Riesgos comunes de ChatGPT y cómo mitigarlos

Más allá de los aspectos de datos y edades, existen riesgos inherentes al funcionamiento de ChatGPT que afectan a todos los usuarios.

Los más citados son las alucinaciones de la IA, los sesgos en sus respuestas, y la posibilidad de desinformación. A continuación explicamos cada uno y cómo podemos mitigarlos, junto con la regla básica reiterada: no compartir datos sensibles.

Alucinaciones de la IA y desinformación

Se denomina «alucinación» en el contexto de la IA cuando el modelo genera información falsa o inexistente pero presentada de forma convincente, como si fuera verdadera.

ChatGPT, por muy avanzado que sea, no está programado para decir siempre la verdad, sino para producir respuestas verosímiles siguiendo patrones del lenguaje.

De hecho, OpenAI reconoce que ChatGPT a veces proporciona respuestas que suenan plausibles pero son incorrectas o carecen de sentido.

Los usuarios han comprobado numerosos casos en que el chatbot inventa hechos, citas o referencias que no existen. Por ejemplo, puede fabricarse una fuente bibliográfica, mencionar un libro ficticio o dar datos numéricos totalmente erróneos con total aplomo.

En pruebas realizadas, a ChatGPT se le pidió una lista de autores y al ser retado en uno de los nombres (que en verdad era correcto), no tuvo problema en disculparse e inventarse fechas falsas de nacimiento y muerte para ajustarse a la corrección ficticia que el usuario proponía.

Esto demuestra que, cuando no está seguro, el modelo prefiere rellenar con algo que suene bien antes que admitir que no sabe, salvo que se le haya afinado mucho para lo contrario.

El peligro de estas alucinaciones es evidente: si un usuario toma las respuestas de ChatGPT como ciertas sin verificarlas, puede quedar desinformado.

El riesgo aumenta en temas que el usuario no conoce en profundidad, porque la respuesta suele ser gramaticalmente coherente y segura de sí misma, dificultando discernir el error. Un especialista lo expresa sin rodeos: “ChatGPT es una máquina de generar información falsa, y esto es un gran problema”.

El sistema puede combinar datos reales con inventados de forma muy sutil. Cuando hay mucho material disponible sobre un tema, suele acertar más; pero si le preguntamos algo poco documentado, tiende a desviarse y generar inventos.

¿Cómo mitigar este riesgo? La primera defensa es no confiar ciegamente en lo que dice ChatGPT, sobre todo en asuntos importantes. Se debe usar la herramienta como apoyo, pero verificar en fuentes fiables cualquier dato crítico antes de tomar decisiones o difundir información.

Si ChatGPT proporciona cifras, referencias o hechos que van a ser utilizados, conviene contrastarlos. Actualmente, ChatGPT no da fuentes a menos que se use una versión con navegación web o complementos específicos; en condiciones normales, no podemos saber el origen de sus afirmaciones.

Por tanto, recae en el usuario la responsabilidad de comprobar. También es útil formular preguntas de distintas maneras o en diferentes sesiones para ver si el modelo es consistente o se contradice (lo cual podría delatar invenciones).

En contextos profesionales o académicos, se debe considerar a ChatGPT como un asistente para borradores más que como una autoridad.

Finalmente, mantenerse informado sobre las limitaciones conocidas del modelo ayuda: por ejemplo, saber que su conocimiento tiene un corte temporal (según la versión, no conoce eventos posteriores a cierto año, lo que en versiones antiguas era 2021) y que puede no entender con exactitud las consultas, lo que deriva en respuestas imprecisas.

En resumen, para prevenir la desinformación: sé escéptico, verifica por tu cuenta y no utilices a ChatGPT como única fuente para nada importante.

OpenAI sigue trabajando para reducir las alucinaciones, pero por ahora es un reto no resuelto al 100%. Un uso consciente de la herramienta implica asumir que puede equivocarse y estar preparados para detectarlo.

Sesgos y objetividad de las respuestas

Otro riesgo común de la inteligencia artificial es la aparición de sesgos en las respuestas. ChatGPT fue entrenado con un corpus gigantesco de texto de Internet, que incluye los prejuicios y estereotipos presentes en la sociedad.

Por ello, un modelo de lenguaje tiende a amplificar los sesgos (sexistas, raciales, ideológicos, etc.) contenidos en sus datos de entrenamiento. Si la IA ha «leído» más ejemplos con ciertos estereotipos, podría replicarlos sutilmente en sus respuestas.

Por ejemplo, podría asociar inadvertidamente profesiones con géneros (“el doctor” vs “la enfermera”) si eso predominaba en sus datos, o reflejar sesgos culturales en descripciones de grupos sociales.

Esto no significa que ChatGPT quiera ser sesgado – OpenAI implementó medidas para moderar contenido ofensivo –, pero algunos sesgos pueden colarse de forma más sutil o subconsciente en las respuestas.

OpenAI ha limitado el modelo para evitar muchos de estos problemas obvios. Por diseño, ChatGPT rechaza peticiones inapropiadas (como generarle discursos de odio, o contenido discriminatorio explícito).

Asimismo, el entrenamiento con retroalimentación humana (RLHF) buscó ajustar el tono para que sea generalmente respetuoso y neutral.

A pesar de ello, investigadores y usuarios han demostrado que no es perfecto: se han encontrado ejemplos donde ChatGPT daba respuestas parciales o inclinadas ideológicamente dependiendo de cómo se le preguntaba, o reproducía sin crítica ciertos sesgos presentes en sus fuentes. Es un campo activo de mejora, pero el riesgo está ahí.

¿Qué podemos hacer los usuarios? Principalmente, estar atentos y ser críticos. Si la respuesta de ChatGPT toca temas sensibles (raza, género, política, etc.), conviene examinar si está cayendo en generalizaciones injustas o si omite perspectivas importantes.

No debemos asumir que la IA es objetiva solo por ser una máquina; recordemos que hereda muchos sesgos humanos de su entrenamiento.

Podemos mitigar pidiendo aclaraciones: por ejemplo, solicitar que proporcione puntos de vista alternativos sobre un tema, o que justifique por qué dio cierta recomendación. También es útil complementarlo con fuentes humanas diversas.

En contextos críticos (ej: asesoramiento médico, legal, o decisiones de negocio), siempre hay que buscar la opinión de expertos calificados.

ChatGPT puede ayudar a resumir información o generar ideas preliminares, pero no debe ser la voz definitiva, pues podría inclinarse por información sesgada o desactualizada.

Si se detecta un posible sesgo en la respuesta, es válido recalcarlo y preguntar al modelo por qué podría haber dado esa impresión; a veces reconocerá la posibilidad de sesgo si se le indica. En cualquier caso, la responsabilidad final de interpretar la respuesta es nuestra.

OpenAI continuamente refina sus modelos para reducir sesgos dañinos, y la comunidad evalúa sus salidas. Aun así, la diversidad y equidad en IA es un desafío amplio. Como usuarios, cuanto más conscientes seamos de este punto, mejor podremos usar la herramienta de forma informada y justa.

Cuidado con la información sensible

Ya lo mencionamos antes pero vale la pena reiterarlo como regla de oro de seguridad: no compartir datos sensibles o privados con ChatGPT.

“Datos sensibles” se refiere a información personal (nombre completo, email, dirección, teléfono), credenciales (usuarios, contraseñas, tokens), datos financieros (números de tarjeta, cuentas bancarias), información confidencial de terceros (datos de clientes, informes internos, propiedad intelectual de tu empresa), o cualquier cosa que no querrías que se hiciera pública.

¿Por qué este cuidado? Principalmente porque todo lo que ingresas podría quedar almacenado en los sistemas de OpenAI y, aunque es poco probable, podría llegar a filtrarse o usarse inadvertidamente en el entrenamiento.

Un experto advertía: si proporcionas, por ejemplo, una contraseña o dirección, existe el riesgo de que la IA regurgite esos datos en una respuesta futura a otro usuario (una especie de fuga de memoria), o que alguien obtenga acceso a tu cuenta y vea tu historial.

De hecho, ha habido incidentes de cuentas comprometidas: en la dark web se halló a la venta decenas de miles de credenciales de cuentas de ChatGPT en 2023, lo que significa que terceros malintencionados podrían acceder a historiales ajenos. Si en esos historiales hay información sensible, la privacidad queda expuesta.

OpenAI mismo señala en su guía de seguridad que si tienes dudas sobre compartir ciertos datos con ChatGPT, “siempre es mejor no hacerlo”. Más vale pecar de precavido.

Organizaciones como bancos, aseguradoras, hospitales, etc., directamente prohíben a sus empleados introducir datos de clientes en estas herramientas, por confidencialidad.

Medidas para mitigar este riesgo: La más obvia es nunca escribir información que sería problemática en manos de otros. Si necesitas que ChatGPT analice un texto sensible (por ejemplo un contrato privado), mejor anónimízalo antes: quita nombres, detalles, o cambia algunos datos.

También puedes aprovechar la opción de borrar chats o desactivar el historial, de modo que esa conversación no se use para entrenamiento (aunque recuerda que aún así puede permanecer un tiempo en servidores).

Por supuesto, protege tu propia cuenta con buena contraseña y, si está disponible, habilita la autenticación en dos pasos (2FA) para evitar accesos no autorizados.

En síntesis, trata a ChatGPT como si fuera un sitio público: no le digas nada que no publicarías en un foro abierto. Al mantener esta mentalidad, evitarás la gran mayoría de problemas relacionados con datos sensibles.

Cómo mejorar la seguridad como usuario

Como usuario individual, tienes a tu alcance varias acciones para usar ChatGPT de forma más segura y proteger tu privacidad. A continuación, se presentan algunas buenas prácticas y configuraciones recomendadas:

  • Usa contraseñas fuertes y 2FA: Asegura tu cuenta de ChatGPT con una contraseña robusta y única. Activa la autenticación en dos factores (2FA) si el servicio la ofrece, para añadir una capa extra de seguridad al inicio de sesión Asimismo, cambia tu contraseña periódicamente y no la reutilices en otros sitios.
  • Configura las opciones de privacidad: Revisa la sección de Controles de datos en la configuración de ChatGPT. Puedes deshabilitar el historial de chat (modo incógnito) para que tus conversaciones no se guarden ni se usen en el entrenamiento del modelo. También desde el Portal de Privacidad de OpenAI es posible solicitar una copia de tus datos, optar por no entrenamiento, o eliminar tu cuenta y datos asociados. Ajusta estas preferencias según tu nivel de confort con el uso de tus datos.
  • Piensa antes de compartir (Principio de mínima información): Antes de enviar un prompt, pregúntate si es necesario incluir datos personales o sensibles. Evita compartir información confidencial en tus preguntas. Por ejemplo, si quieres ayuda con un documento privado, considera sustituir nombres reales por seudónimos. Mientras menos datos reales expongas, menor riesgo en caso de cualquier brecha.
  • Mantén tus dispositivos y redes seguros: Utiliza ChatGPT preferiblemente desde dispositivos confiables y redes seguras. Asegura tu PC o móvil con antivirus actualizado y parches al día, para reducir la posibilidad de malware que robe información. Evita usar la cuenta en computadores públicos; si lo haces, cierra la sesión al terminar y borra datos de navegación.
  • Monitorea actividad sospechosa: ChatGPT permite ver las sesiones activas o dispositivos con sesión iniciada en tu cuenta. Revisa periódicamente esa lista (en la configuración de la cuenta) y cierra cualquier sesión que no reconozcas. Si notas actividad inusual (por ejemplo, conversaciones que no realizaste), cambia tu contraseña de inmediato y reporta a OpenAI. Mantente alerta ante posibles intentos de phishing relacionados con ChatGPT (p. ej., sitios falsos que imiten la página).
  • Infórmate y mantente actualizado: El panorama de la IA evoluciona rápido. Lee las actualizaciones de OpenAI sobre nuevas funciones de seguridad o cambios en políticas. Revisa las noticias tecnológicas de fuentes confiables – así te enterarás si surge alguna vulnerabilidad importante o escándalo de privacidad relacionado con ChatGPT. Conocer cómo funciona la herramienta (sus pros y contras) te permitirá usarla de forma más inteligente.
  • Aplica sentido común en las respuestas: La seguridad también implica no depender ciegamente de la IA en tareas críticas. Si ChatGPT te da un consejo médico, legal, financiero, etc., tómalo con cautela y consúltalo con un profesional humano. Evita seguir indicaciones peligrosas o cuestionables que pudiera darte (afortunadamente, ChatGPT suele negarse a peticiones dañinas, pero siempre existe la posibilidad de una respuesta errónea). Tu criterio y prudencia son la última línea de defensa.

Siguiendo estos pasos, tu experiencia con ChatGPT será más segura. Al final, se trata de combinar las herramientas que nos brinda OpenAI (controles de privacidad, filtros de contenido) con hábitos responsables por nuestra parte.

Tú tienes el control sobre cómo interactúas con la IA y qué información compartes. Aprovecha las ventajas de ChatGPT, pero sin descuidar tu seguridad digital.

Conclusión

ChatGPT es una herramienta poderosa y útil, siempre que se use con conocimiento y precaución.

En términos generales, es seguro usar ChatGPT para la mayoría de las personas – miles lo hacen a diario sin incidentes – pero “seguro” no significa infalible ni exento de riesgos.

Hemos visto que la seguridad tiene múltiples facetas: la privacidad de nuestros datos, la adecuación para menores, la confidencialidad en empresas, y la calidad/veracidad de las respuestas.

OpenAI ha implementado importantes medidas de seguridad (cifrado, controles de acceso, filtros de contenido, etc.)

y continúa mejorando aspectos como control parental para adolescentes y opciones empresariales con mayor privacidad. Todo esto aumenta la confianza en la plataforma.

No obstante, la confianza plena no debe ser ciega. Los usuarios individuales deben estar atentos a los riesgos de la inteligencia artificial – desde alucinaciones hasta sesgos – y manejarlos activamente verificando la información y protegiendo sus datos personales.

Los estudiantes y padres deben verlo como una ayuda educativa sujeta a reglas y acompañamiento, más que como un sustituto de la enseñanza.

Las empresas, por su parte, han de equilibrar las oportunidades de productividad que brinda ChatGPT con estrictas políticas de seguridad y, preferiblemente, usar las versiones diseñadas para entornos profesionales.

En última instancia, ChatGPT puede ser muy seguro y beneficioso si se utiliza de forma consciente.

Como cualquier tecnología, no está exento de problemas, pero conocerlos es el primer paso para prevenirlos.

Usado con prudencia – sin revelar información sensible, validando sus respuestas y entendiendo sus limitaciones – ChatGPT se convierte en un asistente inteligente que amplifica nuestras capacidades manteniendo nuestros datos a salvo.

En palabras simples: la herramienta es tan segura como el usuario la haga.

Con la información de esta guía, esperamos que puedas aprovechar ChatGPT maximizando sus beneficios y minimizando sus riesgos, ya seas un usuario individual curioseando, un estudiante aprendiendo o una empresa innovando.

¡La clave está en usar la IA con responsabilidad y criterio para que realmente sea nuestra aliada y no una amenaza!

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